sábado, 3 de febrero de 2018

Niebla morada.

Tengo la boca llena de silencio
y  las palabras matan por salir,  
hiende en las rendijas,
que en este campo de fuerza
solo quedan las sombras ,
de algo que todavía sigue siendo extraño.   

He caminado entre las calles
camuflándome en las aceras,
dejando que las gentes 
callen el pasado 
y enmudezcan las tristezas.

¿Qué fue de las calles, 
que de niebla morada vestían ?

He llegado a la plaza
la emoción ha derramado
mis recuerdos ,
Y después de no sé cuántos adoquines...
he vuelto a sentir .

Átame en tu valor,
oscurece mi amargura  y
lléname  de blancos, brillantes .
    
Hoy he vuelto a bailar descalza    
y el peso de este mundo inquieto 
ha humedecido mis pies  en coraje.
                                                   
Me he vendado los ojos  
y mis sentidos reviven
en este oscuro desierto .      
    
                                                      
La añoranza y la tristeza          
son las únicas habitantes de este lugar tan peculiar,
en el que ya sólo me encuentro a mi.

Hay calles que antes parecía que su poder, sobrenatural , 
lo podía cambiar todo.

Solo veo gentío , que sigue huyendo
del resto, del resto ,del resto ,del resto .

Porque la luz que acoge esta tierra hostil.
Es demasiado falsa.
Una verdad de verdades ,
la perdición que me adormece 
y el rencor que no sé cómo se ha convertido en nostalgia.

¿Cómo podrían volver a mi las fragancias? ,
¿Por qué el tedioso techo que me atrapa ,
ya no me deja volver a ver las esquinas traviesas?

Estoy deslizando mi paladar 
en el dulzor de la brisa . 

Seguiré soñando en el pasado .
Seguiré viviendo en mi desierto oscuro .
En donde los los locos  
erizaban la piel con la revolución ,
y el misterio vestía las almas con la armadura , 
que los que no éramos tan cuerdos nos dedicábamos a quitar.

A vosotros , a los que  seguís viendo la niebla morada .
Aunque ahora haya demasiadas armaduras. 
No dejéis de desenterrar corazones.
La piel,  sobre piel .
El amanecer que ahora me besa el alma y me eriza la curiosidad . Del mañana.






1 comentario:

  1. Ya sabía yo…
    Se veía venir…
    Y es que esa chica de 6 años tenía un potencial que brotaría más temprano que tarde, solo era cuestión de tiempo. Los roles se invirtieron y ahora el discente soy yo; me toca aprender de ella y mejor aún, disfrutar de sus relatos. No te quedes sin tinta…
    Felicidades por tu prosa, enhorabuena por esos laureles que reforzarán tu afición y orgulloso de haber sumado un minúsculo granito al Everest que hoy día firma este blog.
    No dejes de susurrar.

    Sergio,

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