Tengo la boca llena de silencio
y las palabras matan por salir,
hiende en las rendijas,
que en este campo de fuerza
solo quedan las sombras ,
de algo que todavía sigue siendo extraño.
He caminado entre las calles
camuflándome en las aceras,
dejando que las gentes
callen el pasado
y enmudezcan las tristezas.
¿Qué fue de las calles,
que de niebla morada vestían ?
He llegado a la plaza
la emoción ha derramado
mis recuerdos ,
Y después de no sé cuántos adoquines...
he vuelto a sentir .
Átame en tu valor,
oscurece mi amargura y
lléname de blancos, brillantes .
Hoy he vuelto a bailar descalza
y el peso de este mundo inquieto
ha humedecido mis pies en coraje.
Me he vendado los ojos
y mis sentidos reviven
en este oscuro desierto .
La añoranza y la tristeza
son las únicas habitantes de este lugar tan peculiar,
en el que ya sólo me encuentro a mi.
Hay calles que antes parecía que su poder, sobrenatural ,
lo podía cambiar todo.
Solo veo gentío , que sigue huyendo
del resto, del resto ,del resto ,del resto .
Porque la luz que acoge esta tierra hostil.
Es demasiado falsa.
Una verdad de verdades ,
la perdición que me adormece
y el rencor que no sé cómo se ha convertido en nostalgia.
¿Cómo podrían volver a mi las fragancias? ,
¿Por qué el tedioso techo que me atrapa ,
ya no me deja volver a ver las esquinas traviesas?
Estoy deslizando mi paladar
en el dulzor de la brisa .
Seguiré soñando en el pasado .
Seguiré viviendo en mi desierto oscuro .
En donde los los locos
erizaban la piel con la revolución ,
y el misterio vestía las almas con la armadura ,
que los que no éramos tan cuerdos nos dedicábamos a quitar.
A vosotros , a los que seguís viendo la niebla morada .
Aunque ahora haya demasiadas armaduras.
No dejéis de desenterrar corazones.
La piel, sobre piel .
El amanecer que ahora me besa el alma y me eriza la curiosidad . Del mañana.
Ya sabía yo…
ResponderEliminarSe veía venir…
Y es que esa chica de 6 años tenía un potencial que brotaría más temprano que tarde, solo era cuestión de tiempo. Los roles se invirtieron y ahora el discente soy yo; me toca aprender de ella y mejor aún, disfrutar de sus relatos. No te quedes sin tinta…
Felicidades por tu prosa, enhorabuena por esos laureles que reforzarán tu afición y orgulloso de haber sumado un minúsculo granito al Everest que hoy día firma este blog.
No dejes de susurrar.
Sergio,